Un investigador fue a bucear porque era su día libre. El inspector fue a lo más profundo del océano, vio una caja marrón con una cruz. Inmediatamente el investigador quiso abrir el ataúd pero no pudo y salió y pidió ayuda. Su mujer que tenía el teléfono llamó a la policiía y vinieron para sacar el ataúd, cuando lo abrieron era una mujer encerrada de aproximadamente 19 años. ¡Qué lástima, tenía mucho por vivir!
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