Había una vez en un pueblo casi abandonado, el pueblo era el más rico del mundo y gracias a un ataúd de oro llamado el ataúd de los océanos. Los periódicos siempre eataban en ese pueblo echando fotos a todo y poniéndolo de portada en todos los periódicos. El afortunado se llamaba Manuel Gutiérrez, maestro de escuela. Al día siguiente fue a ver su preciosidad y "pummm", ¡ya no estaba, se lo había robado su clase de 6.ºB! y se entirsteció al día siguiente les puso muchos exámenes sorpresa.
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